Dios hace todo perfecto, incluyendo al hombre.
Dios quiere darle al hombre la opción de elegir. Dios es amor - y el amor verdadero es un amor que se decide dar - no que está predeterminado, no que está obligado.
El hombre es engañado. Pierde su conexión con Dios y se convierte esclavo de sus limitaciones, circunstancias y propias malas decisiones.
Dios ayuda al hombre a salir de sus problemas, pero es necesario librarle de aquellas consecuencias irreversibles de sus decisiones.
Jesús, hijo de Dios, decide asumir que la consecuencia recaiga sobre él.
Dios acepta la decisión de Jesús y le da oportunidad a cualquiera la opción de reconectarse con él siempre y cuando decida creer.
Dios decide solamente permitir que quienes han expresado su fe en aquel Dios que no se ve, no se oye, no se palpa - sean quienes tienen el beneficio del ofrecimiento de Jesucristo. Quienes se han aventurado en creer, como yo, estamos como evidencia para aquellos quienes no han creído, que estas cosas son la verdad.
Necesitas creer. Tu creencia te llevará a hablar, a buscar, a experimentar la presencia de un Dios vivo y verdadero en tu vida.
Si quieres puedes ahorita mismo, conforme lees esto - si te das cuenta que crees o bien, si a partir de ahora decides creer - hablarle a Dios, y pedirle que tu seas parte de quienes reciben el beneficio - no solamente para cuestiones eternas, sino para que ahora, durante tu tiempo en la Tierra, tengas oportunidad de empezar a recibir los beneficios que Dios anhela darte.
Podrías decir (en voz alta, imagínate que algún día el video de tu confesión de fe servirá como evidencia a tu favor) algo así: "Dios, quiero que sepas que yo creo que existes, que creo que Jesús es el camino a ti, y quiero hoy ser parte de quienes reciben el beneficio de creer en ti, y en tu hijo Jesús. Muchas gracias por escucharme. Enséñame por favor, cómo hacer para escucharte. Pongo mi vida completamente en tus manos."